lunes, 26 de enero de 2009

SIGUE BUSCANDO

Los compañeros de clase se habían reído durante años de él en el colegio, su jefe llevaba años humillándolo ante los demás empleados y las solteronas del cuarto murmuraban cuando pasaban a su lado mientras le miraban las botas siempre llenas de barro. Pero lo que no podía soportar es que aquella tapa de yogourt se mofara de él de aquel modo. Allí, posada en la encimera de la cocina, su reverso de aluminio le mostraba, manchadas por restos de derivado lacteo con forma de sonrisa burlona, las palabras de su suerte en el sorteo de una vespa “Sigue buscando”
Pero ¿qué podía saber aquel vulgar tarro de un postre inmundo sobre su vida? No podía dejar de leer aquel par de palabras, se le habían quedado pegadas en el paladar junto a la acidez del biobífidus que había ingerido.
Pensó que ante tal burla lo mejor sería huir tal y como había hecho siempre.

Salió a la calle y tomó el primer tranvía que paró en la parada junto a su casa. Se sentó y al instante decidió que prefería permanecer de pie. “Sigue buscando” escuchó. Aquello era demasiado, que un par de niños que rascaban un boleto de una chocolatina conocieran sus inquietudes más íntimas era superior a él. Vale que una tapa de yogourt conozca tus pensamientos más profundos, pero ¡aquello no eran más que dos críos!
Se bajó en la siguiente parada. Huyó desesperadamente.

Avanzaba desorientado, con paso distraído sin saber dónde ir, pero sabiendo que debía huir, porque era lo que siempre había hecho, porque era lo que siempre había funcionado. Cruzó varios pasos de cebra y varias carreteras sin señalizar, pasó frente a dos farmacias, una frutería y tres cafeterías, siempre mirando distraído las cortinas de las casas y la luz que se colaba entre ellas, la luz que como él huía de las casas acogedoras. De pronto, una forma humana de cabellos rizados, corta estatura y cuerpo perfectamente formado apareció frente a él y con una voz con sabor a yogourt azucarado formuló las palabras que tanto tiempo había deseado escuchar en boca de alguien “¿Buscas algo?”

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡No es una prostituta!

Lia dijo...

no es por nada pero me encanta